29 septiembre 2005

ZP en el país de las maravillas

ZP en el país de las Maravillas
El presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, Francisco José Alcaraz presenta el próximo martes, 4 de octubre, el libro “ZP en el país de las maravillas”, del periodista Enrique de Diego, subdirector de la revista Época. La presentación tendrá lugar en el Gran Hotel Conde Duque (Plaza del Conde, Valle de Suchil 5), a las 12 horas. También actuará como presentador el vicepresidente del Foro de la Familia, Benigno Blanco. Es la primera vez que en un acto público coinciden los representantes de los dos movimientos asociativos más activos del momento actual.
El último capítulo del libro, editado por la editorial Libros Libres, en el que el autor parte del análisis de las manifestaciones de junio, lleva el significativo título de “De la rebelión cívica a la movilización general”, y pretende ser una propuesta y una teorización de un movimiento de oposición desde la sociedad civil al Gobierno.

El humor es el mejor talante para la crítica política. Desde esa premisa, “ZP en el país de las maravillas”, el nuevo libro del periodista Enrique de Diego, resulta corrosivo.

¿Dónde me he dejado las llaves?

Da igual, ya las encontraré. Para el caso, "no hay cerradura que resista una buena ganzúa, una patada o un poco de algo más contundente".

Evidentemente, me refiero a cerraduras que bloquean puertas intangibles, como pueden ser esos portones que intentan mantener cerrados a cal y canto ciertos cotos privados de caza.

A destacar dos cotos extremadamente asfixiantes hoy día: la política, convertida en área de privilegios prehistóricos por gracia del Presidente Rodríguez El Gafe --si, ese que se hace llamar por su segundo apellido como si no estuviera seguro de quien es su padre-- y la informática, sometida al abuso constante de un tal Bill y sostenido gracias a los maletines y la ignorancia o desconocimiento de alternativas de los usuarios.

Abramos pués las puertas de par en par y que entre el aire fresco.

Y si alguna se resiste, habrá que llamar al cerrajero.