29 septiembre 2005

¿Dónde me he dejado las llaves?

Da igual, ya las encontraré. Para el caso, "no hay cerradura que resista una buena ganzúa, una patada o un poco de algo más contundente".

Evidentemente, me refiero a cerraduras que bloquean puertas intangibles, como pueden ser esos portones que intentan mantener cerrados a cal y canto ciertos cotos privados de caza.

A destacar dos cotos extremadamente asfixiantes hoy día: la política, convertida en área de privilegios prehistóricos por gracia del Presidente Rodríguez El Gafe --si, ese que se hace llamar por su segundo apellido como si no estuviera seguro de quien es su padre-- y la informática, sometida al abuso constante de un tal Bill y sostenido gracias a los maletines y la ignorancia o desconocimiento de alternativas de los usuarios.

Abramos pués las puertas de par en par y que entre el aire fresco.

Y si alguna se resiste, habrá que llamar al cerrajero.

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