Etarratas

Hoy los etarratas han vuelto a hacer lo único que saben: destruir.

Pero no pasa nada, saben que el presidente Rodríguez mira hacia otro lado, que la sociedad civil está aborregada, que pocos se atreven siquiera a decirles que basta ya --sólo hay que recordar los recientes acontecimientos relacionados con la reunión pública de los cacasunos-- y que hasta los medios de comunicación dan la noticia de pasada y con un lenguaje absolutamente aséptico.

Ciertamente llama la atención que, según se puede leer en la mayoría de titulares o escuchar en las distintas radios y televisiones, los etarratas ya no ponen bombas, sino "artefactos".

No nos equivoquemos, no es inocuo el lenguaje que se utiliza: de "bombas" se pasó a "artefactos explosivos" y ahora a "artefactos".

Vamos, que los etarratas van por ahí dejando "artefactos" --como si de una exposición itinerante del Guggenheim se tratara-- y uno se imagina algo así como esculturas de hierros retorcidos o de inventos imposibles.