En un país multiolor había una oveja bajo el sol

Erase una vez un 'algo' --que aún recibía el nombre de España-- donde existían dos masas sociales bastante numerosas y alrededor de las cuales revoloteban unos insectos que tenían un tamaño desproporcionado por culpa de un tal D'hont.

Una de esas masas sociales presentaba el común denominador de falta de optimización en las conexiones neuronales, la cuál facilitaba que sus miembros no se inmutasen aún cuando elementos de su grupo asesinaran, robaran, promocionaran la corrupción o realizaran cualquier actividad criminal, estuviera ya tipificada en el Código Penal o aún por definir.

Esta masa era conocida por el nombre de 'los borregos giliprogres' y sus pastorcillos estaban felices porque ¡qué diablos! ¡es una sensación incomparable gozar de patente de corso!

En ningún otra parte del mundo se comprendería que las ovejas le hicieran felaciones a los lobos, pero en el corral del P$o€ ésto y cosas peores se ven a diario.

Pasara lo que pasara, daba igual, siempre votaban al P$o€, tanto si era negro como si era blanco y se llamaba Pepiño ^_^

La otra masa social estaba formada por individuos exigentes, reflexivos, llenos de un profundo amor a los valores que cimentan la Democracia --por eso muchos luchaban en las filas del MAZP MAX ^_^--, fieles y leales a todo lo que ha hecho grande a España a lo largo de los siglos.

Este grupo de personas, como libre decisión, suele votar al PP mayoritariamente, pero puede no ser así.

Ya he dicho que es un colectivo muy exigente y si sus supuestos líderes no están a la altura de las circunstancias, pueden preparar las maletas sin tardanza.

Que se lo pregunten a Piqué o Matas sin ir más lejos xD

Del rebaño giliprogre nada hay que esperar --seguirán pastando y lo único bueno que puede ocurrir es que prefieran dormitar antes que ir a votar.

De los insectos cebados con el dinero público y una buena dosis de estulticia, menos.

Pero eso que muchos conocen por el nombre de 'españoles de bien', están dispuestos a batallar hasta el final y se preguntan si Rajoy y compañía están dispuestos a dar la cara también, sin contemplaciones, en serio, sin experimentos politiqueros.

¿Cómo acabará este cuento? ¿Terminará bien? Quedan unos pocos meses para que lo sepamos y/o padezcamos y una cosa si está clara: sólo va a haber una oportunidad.