01 febrero 2006

Upstairs, Downstairs


Cada día que pasa Cataluña me recuerda más a aquella estupenda serie titulada "Upstairs, Downstairs" --"Arriba y Abajo" se llamó en España-- y la penúltima "pillada" a micro abierto a Jordi Sevilla no hace si no confirmarlo: ya se sabe que por la boca muere el pez.

No nos equivoquemos, las cámaras y micrófonos de Telemadrid, recuerden:
"todavía es pronto, para que el presidente de la Generalitat sea un charnego"
no hace sino desvelarnos, crudamente, el sentir de esa burguesía catalana que se cree que desciende del huevo derecho de Júpiter, o así, y que tan acostumbrada está a que los "charnegos" les hagan el trabajo sucio.

Acomplejados con ganas de trepar y señoritos asentados en su autocomplacencia, ésta es la realidad de unos nazis que ya nos tienen hasta más arriba del gorro y el cóctel que se está preparando para indigestarnos a todos los españoles.

A ver cuando aprenden la "ama de llaves" de Madre, el "mayordomo" Montilla, el "niño de los recados" Carod, el "contable" Durán, la "criada" Calvo y tantos y tantos nacidos fuera del Imperio de la Barretina que los señoritos del seny sólo los utilizan buscando el beneficio propio y que únicamente se fijan en ellos pensando en ponerles la cofia mirando para Cuenca.

¿Paises Catalanes? ¡Juás! Disneyland es más real y tangible, pero mientras haya gente que apoye el absurdo sueño nazianal-socialista de esos iluminados, así nos vá.

Me jode especialmente ver a tanto andaluz poniéndole el culo a los señoritos catalanes ¿es que no teneis orgullo? ¿no os dais cuenta de cómo os utilizan? ¿os habeis parado a pensar que los andaluces podrían gobernar Cataluña sin ponerle el culo a la burguesía de la butifarra? ¿cómo os habeis dejado lavar el cerebro hasta el punto de renunciar a vuestras raices y seguirle el juego a los nazis?

Sabed que vais a acabar doblemente jodidos, perdiendo vuestra identidad --que es la española y andaluza-- y frustrados con el culo enrojecido por los abusos de los pellizcos de los senyoritos.

Claro que, si no dais para más, ¡que os den por pringados!

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