Rodríguez el Traidor y su bunker: el hundimiento

Ahora que está tan de moda --'rabiosa actualidad' diría un reportero cursilón-- hablar de Historia, con tanta memoria manipulada por aquí, rencores de la izmierda por allá, se suele olvidar que lo único cierto en relación a la Historia es que ésta tiene una pesadísima tendencia a repertirse.

Estos días tenemos en nuestra pantallas la película GAL como recuerdo 'celuloídico' de los infames años de Felipe MisterX González y dentro de poco habrá que rodar un remake de El Hundimiento porque, ya saben, la Historia se repite y cuando sus protagonistas son nazional-sociali$tas más.

Si os habeis fijado en Rodríguez el Traidor --ya, menudo mal trago-- cada día que pasa se le va poniendo más cara de paranoico, de sentirse rodeado de conspiradores, de pasar de la irritación al agotamiento, de tener los nervios rotos... vamos, como los últimos días de Hitler sin ir más lejos.

En este orden de paranoia, ahora está intensificando la seguridad en el complejo presidencial de La Moncloa, con controles más férreos y estrictos en el paso y acceso a todos sus edificios.

Poco que se mueve ya --no vaya a agotarse el pobret-- y menos que lo vamos a ver cuando acabe de acondicionar --el no, los operarios que pagamos todos con los impuestos que nos sangran-- su bunker de hormigón y terciopelo rosa.

Tiene motivos para preocuparse por su futuro inmediato, he consultado a una pitonisa y me ha confirmado que Rodríguez el Traidor llegó a La Moncloa en tren y se va a ir volando xD

A Rodríguez el Traidor le gustaría que le gritásemos 'Heil Zapa!' o '¡Viva tu abuelo masón!' pero lo único que le gritamos desde aquí --y cada día somos más-- es:

¡¡¡Zetapé, marchaté!!!